Arribamos a la ciudad pueblo de San Ignacio con un Juan muy emocionado con una sonrisa de oreja a oreja volvía a pisar sobre la tierra que hacia unos meses lo habían acogido entre sus moradores. Solo con hacer menos de 50 metros tuvimos la primera parada un conocido ya tomaba parte de los que serian para nosotros los interminables saludos del personaje mas conocido de San Ignacio. Fueron varias veces las que paramos para conocer gente y para que Juan vuelva a recordar sus andadas por esta tierra y refrescar sus amistades o compinches. Conocimos muchísimos amigos de Juan que de alguna forma pasaban a ser conocidos nuestros ya que se entablaba de alguna forma un vínculo de amistad o algo así entre nosotros. Buscando un camping o un alojamiento entre los amigos de Juan llegamos a la casa que yo ya conocía era la casa de los artesanos y hostel y que mas… la gran casa de “Catalano” una casa que en algún momento fue la morada de un artesano con grandes virtudes lo dicen sus cuadros y esculturas que hay dentro como así cada cm. De su casa tiene un porque una señal de un hippie que habito esa misma como así a los tantos que cobijo entre sus paredes.
Nos recibió “Gri” (una señora pero ante todo bohemia mujer que había venido del sur de Comodoro Rivadavia a cambiar su vida, el clima, la gente, etc.) nos ofreció una habitación con dos camas y varios colchones mientras junto a ella había un “rasta” por así llamarlo junto al fuego del hogar que muy pocas palabras pronuncio un hola! Nos dio la pauta de que no era argentino.
Nos ubicamos y bueno era pasado el mediodía nuestros cuerpos exigían comestibles! Para eso fuimos los cuatro a comprar un poco de fideo, cebollas, mandioca, y algunos víveres más para hacer un suculento guiso que nos traería tranquilidad a las sinfónicas tripas que resonaban de tanto en tanto. Como sin querer tuvimos un nuevo comensal era el chico de pocas palabras era “pedrinho” oriundo de Brasil con toda la onda de un muchacho que va en busca de nuevas aventuras. Hablamos de música, de fútbol, de su vida y como para ser no ser menos hablamos de política y economía en los países del sur de América. Pedro era de Brasil mas exacto de Sao Paulo había decido tomarse unos días solo mientras paseaba con sus padres para conocer un poco la Argentina. El era un muchacho tímido e introvertido con una vida muy naturista era vegetariano (lo contrario a mi!) y decía que todos los animales eran sus amigos por eso no comía carnes de ningún tipo, para mi los animales son mis amigos hasta que tengo hambre!!!... luego de un lindo almuerzo salimos a caminar ya eran pasadas las 17 horas el día estaba nublado y había algunos chubascos pero eso no fue obstáculo para que no salgamos, fuimos a conocer el famoso desmonte de Juan donde había vivido por unos meses antes de su partida. Una caminata larga pero linda cantado canciones en portugués y hablando de todo un poco. Llegamos con un poco de barro en las zapatillas y los pantalones pero descubrimos la residencia de Juan como pasa seguido en nuestro país estaba un poco deteriorada con las lluvias y el poco mantenimiento pero así y todo alguien la había tomado! Si había un ocupa en su casa! Nunca le pudimos ver la cara pero si nos enteramos con un papel que decía “ya vuelvo” tal vez lo podíamos esperar pero no venia al caso, así que vimos como quedaban algunas ruinas de su quinta que tenia en algún momento forma de terrazas como la de los incas en Perú, la idea era fascinante muy bien formadas las terrazas con lo que quedaba de lo que habían sido plantas de tomate como así las canaletas que regaban los vegetales. La idea era fantástica toda una demostración de ingenio y viveza. Lamentablemente no todos ven eso ni lo cuidan para beneficiarse ellos mismo, lo digo por el ocupa!
Así fue nuestra incursión a lo que era un lugar de Juan con sus virtudes y esperanzas eso no detuvo a Juan ni nada puso rostro de acostumbrado a los reveses de la vida y siguió mostrándonos lo que para el era su mundo por unos meses de estadía en el desmonte. Caminamos por una arteria que nos llevaba a un pequeño salto uno de más o menos metro y un medio de agua que caía y hacia lo que en verano seria un yacuzzi natural, el agua templada y clara, rodeada de un verde natural ajeno a la presencia del hombre.
La tarde caía a pasos agigantados y la oscuridad nos comenzaba a tomar desprevenidos nos comenzamos a apurar para salir rápido del monte lejos de la luz eléctrica y rodeados de el silencio que se desprende los montes y plantaciones de pinos (pinos que nos destruyen la tierra sacan el oxigeno y solo enriquecen a unos pocos empresarios). Así entres risas y silencios caminando por el barro llenos de tierra colorada y una tímida llovizna salimos a las calles de la ciudad, conociendo un poco mas de Juan y su vida en un terreno alejado. Lleno de esperanza e ilusiones… conocimos el gran e inolvidable Juan por mi parte me animo a decir que aprendí mucho de él cosas que cada uno como mortal que es se lo guarda para dar como ejemplo a nuestro futuros…
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