El salto Tabay y el viaje...


Llegamos a el salto Tabay desde la ruta 12 son aproximadamente 3 km. De distancia una caminata entre grandes árboles y plantas de yerba mate, con una bajada pronunciada y una subida mucho mas pronunciada!.
Cuando entramos esperábamos que alguien nos reciba pero al parecer nadie andaba ni para cobrarnos buenísimo ja! Así como sin querer fuimos armando la carpa y acomodando las cosas para poder salir a caminar y disfrutar de la naturaleza y su grandiosidad. El salto es algo asombroso muy lindo. Y la mezcla de colores es de una acuarela.
Luego de una larga caminata por los senderos del parque, decidimos juntar un poco de leña para hacer un fueguito para el mate y nuestra cena. Mientras peleaba con las maderas húmedas y la llama esquiva pude con el y que paso… aparecieron de la nada dos personajes que entrarían en nuestro viaje, ellos eran abuelos que recordaban y veían en nosotros a lo que ellos hicieron hace 35 años atrás cuando salieron de mochileros a recorrer Misiones, si ellos después de 35 años volvían al lugar donde pasaron en la plenitud de su noviazgo que al parecer sigue muy vivo con el paso de los años. Una cerveza y un puñado de anécdotas para hacer que la tarde sea más placentera.
Debo agradecer la onda y la buena predisposición de nuestros vecinos que por la mañana nos ofrecieron agua para el mate y unos chipas para acompañarlo, mientras terminábamos de armar las mochilas para partir nuevamente ellos con total cordialidad nos ofrecieron ahorrar la caminata desde el parque hasta la ruta y llevarnos en su auto. Aceptamos felices y mientras el desarmaba parte de su equipaje nos cargaba a nosotros ya que el auto era pequeño pero como dirían con un corazón inmenso ja! El recorrido entre mas anécdotas y mas consejos nos dejo en la ruta en donde luego decidiríamos tomar el bus o el dedo mágico!... bueno al ver que los buses no paraban y escuchando el consejo (sobre que el bus no pararía)de una chica y un señor que estaban vendiendo ananás en la ruta nos propusimos va se propuso Natalia a hacer un cartel y el dedo por supuesto. Nuestros compañeros en la parada nos ofrecieron amablemente unas mandarinas, aunque no soy muy amante de ellas comí con gusto y fueron las mas ricas lejos que probé o tal vez el hambre… mientras Naty hacia dedo con el cartel a Iguazú yo sacaba fotos y boludeaba común en mi. Nos paro un camión lleno de madera que nos alcanzaría hasta el pueblo de Puerto Esperanza, el viaje lindo salvo la música y el bendito parlante que tenia arriba mió escuchando un poco de regaeton y de Andrea Bocelli para comentar que sus gustos eran variados nos dimos cuenta!!!. Pero el viaje fue lindo agradable sacando la música ja! Pero ahorramos un montón de tiempo como así de dinero eso es bueno ja!...

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